Homenaje

Cuando recibí el llamado de la redacción de este blog no entendí cual era la verdadera razón. Yo escribo en blogs serios, donde el arte es el predominante y no el mero deporte.
“Necesitamos alguien que sea capaz de escribir una breve biografía”, me dijeron.
Claro, al escucharlos hablar me di cuenta lo lejos que podían estar de escribir, auque sea, un mensaje de texto.
Quiero aclarar que odio con toda mi alma a los culpables de este nefasto blog. Pero no me puedo negar a hacerle un homenaje a la persona por la cual me piden escribir las siguientes líneas.

Resulta dificultoso remontarnos a sus primeras épocas en un equipo, sin pecar de desconocimiento, pero dadas las fuentes, podemos inferir que sus comienzos datan del año 2001 o 2002. Allí, en el mismo lugar donde está ahora (tal vez ejerciendo otras funciones) en la liga vasco-germana, daba sus primeros pasos no sólo como jugador sino también como organizador.
Su primer equipo se llamó Die Junges, no quedan muchos participes de ese equipo, (algunos veteranos siguen hasta hoy). Según se comenta, el equipo comenzó una caída estrepitosa en sus primeros campeonatos. No había fin de semana donde el Die Junges no se fuese con más de tres goles en su contra. Pero él no se daba por aludido, cada fin de semana se levantaba temprano y comenzaba a llamar, uno por uno, a los integrantes del equipo (nada de mails ni de mensajes de texto, era otra época) Una vez que los reunía los llevaba en su automóvil hacia el destino. Y no estamos hablando de cuatro personas dentro de un auto, sino de un mínimo de siete. Fueron más de cuatro campeonatos, el Die Junges remontó y fue candidato a dos títulos (quedándose en la puerta en una de esas oportunidades).
Cuando todo parecía andar sobre ruedas al señor en cuestión se le ocurrió irse a probar suerte a otro continente. Todo se fue al demonio. No pudieron organizar ni dos partidos seguidos y la liga se termino hasta nuevo aviso.
Algunos años después, luego de la vuelta de nuestro homenajeado, se decidió volver a formar un equipo. El equipo se llamaba “Costa Pobre fútbol Club” y su nueva función era la de “Delegado” (hasta tenía un carnet que lo certificaba como tal). Jugaron dos campeonatos en esa liga, mejorando notablemente en el segundo torneo. Pero él, como si no hubiese alcanzado con la primera vez, se fue, otra vez, a otro continente. Por supuesto, todo se fue al tacho.
Un tiempo después, mediante algunas causalidades, el fútbol lo volvió a encontrar en la liga que lo vio nacer, en un paupérrimo equipo llamado “Kortatu”. Allí, el no organizaba, no mandaba mails, no juntaba la plata… el destino nefasto de Kortatu era evidente. Se llevo a varios de los mejores jugadores de ese club y, junto con algunos valientes, formó el equipo que lo tiene hoy como estandarte. Donde se lo ve en la cima.

Ya que los dos chimpancés que tienen como autoridad de este blog me dieron libertad para hablar, les voy a decir las siguientes cosas:

1) Este pibe no juega y va todos los partidos
2) Los lleva, los pasa a buscar y se lleva siempre las camisetas para lavar.
3) Si no hay auto, va en tren
4) Pone la plata DE SU BOLSILLO, pera no demorarse con el partido.
5) Todavía le deben plata desde el primer campeonato del 2002
6) Si no fuese por él, ninguno de ustedes estaría jugando

¿Y todavía se quejan de la plata que les pide? ¡Tendrían que pagarle un sueldo!

A Matías Nahuel Pérez le tendrían que hacer un monumento y es sólo por él que yo accedí a este homenaje.

Si estos animales no te lo dijeron nunca, yo lo voy a hacer: Matías Nahuel, ¡Gracias totales!

Cosme Fulanito